Ha sido el programa relevación de la temporada, ese "reality" que ha conseguido captar la atención no
sólo de los aficionados alérgicos a este formato (es nuestro caso) sino también,
la de otra mucha gente ajena al mundo del toro
que ha sentido curiosidad por saber qué pasa por la cabeza de estos chicos,
capaces de renunciar a tantas cosas por
alcanzar un sueño.
Hemos de felicitar a la productora (LA COMETA) a las
televisiones autonómicas de Madrí y Castilla la Mancha y a cuántas personas estén
detrás de esta idea y han hecho posible su ejecución. Han demostrado una enorme
valentía llevando al “prime time” un programa de estas características. Una
valiente y MUY NECESARIA iniciativa, que
desde el primer momento hemos aplaudido por entender que uno de los problemas a
los que se enfrenta el mundo del toro es el desconocimiento y la ignorancia.
A través de estos cuatro capítulos ha quedado claro que el
mundo del toro es un mundo distinto, especial, que atesora valores que quizá
hoy día han caído en desuso. La entrega, el esfuerzo, la constancia, el sacrificio, el amor por una profesión… términos todos poco
practicados por los chavales (y no tan chavales!) de hoy por falta de ocasiones
para hacerlo… quizá por culpa de esta
maldita situación económica que está consiguiendo volvernos grises a todos y
quitarnos la esperanza, la alegría, las ganas de vivir, de luchar y hasta de soñar. Quiero ser Torero, nos ha dado
precisamente eso… esperanza en el mundo
del toro, un mundo en el que todavía
(salvo excepciones muy contadas, que haberlas haylas… como en todo) se alcanza
el éxito con esos valores hoy un poco olvidados.
Seguramente muchos de los telespectadores NO AFICIONADOS se
habrán llevado a engaño llegando a la conclusión que el mundo del toro es un
mundo antiguo, buena parte de culpa la ha podido tener el formato del programa,
quien en el intento de replicar de un modelo exacto otros “reallitys” de éxito, dio excesiva importancia durante sus primeros
capítulos a ciertos aspectos demasiado superfluos
y poco importantes como los relacionados con el tema del protocolo, ¿qué más
dará cómo cojan los chicos una copa de vino? ,¿ cómo caminen, se vistan o se peinen…? Menos mal que
para contrarrestar esos deslices, contaron con la presencia física de Matadores
como Perera, Sebastián Palomo, Miguel
Abellán, etc. quiénes dejaron constancia de que cada uno… es como es y que
en este mundo, como en todos, HAY GENTE PA’ TO’!
Como las buenas faenas, esas que te cogen desprevenido…
Quiero ser Torero ha ido de menos a más… culminando ayer con un último capítulo
cumbre… emocionante y emotivo de principio a fin, en la que se le dio mucha más
importancia al FONDO (el toreo) que a las formas.
Apostamos 100% por QUIERO SER TORERO, eso sí, adaptando su
formato a la realidad del mundo del toro que es otra completamente distinta a
la del Gran Hermano. Por eso, desde el primer momento nos mostramos contrarios
a que se eliminara a los chavales, no son “ninis” que se encierren a practicar
el “edredoning” para trincar la pasta… son chavales que por encima de todo
persiguen un sueño… y con eso, todos, hemos de tener cuidado.
El hecho de que en cada programa uno resulte eliminado les
resta posibilidades de alcanzar esa meta. El primer chava l que fue eliminado,
Aitor Darío, es para todos un desconocido. Un solo programa no resultó
suficiente para conocer su persona, ni su concepción y/o estilo a la hora de
torear. Es por esto, que desde aquí abogamos no sé si por una revisión del formarto,
pero sí, por una personalización del mismo en la que a diferencia de lo que
sucede en otros programas se les dé la posibilidad a los chavales de convivir,
esforzarse y pelear hasta el final por alcanzar ese sueño, ya que como les dijo
el Maestro Manzanares… EL TOREO ES
ARTE, por eso no es relevante quién quede el 1º….¡!
Insistimos, el de ayer fue UN GRAN FINAL para UN GRAN
PRINCIPIO… el de muchas más ediciones de QUIERO SER TORERO que amenicen los largos
inviernos sin toros.
¡Congrats, amigos de QUIERO SER TORERO… habéis puesto
vuestra PICA EN FLANDES!
Yo creo que podría adoptarse un formato en el que todos los aspirantes permanecieran hasta el final, puntuando todas las semanas un jurado heterogéneo, en el que, sobre todo, hubiera aficionados de verdad, que son los que juzgarán luego al torero en las plazas y resultando ganador el que más puntos obtenga. No me ha gustado nada José Luis Bote.
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo contigo en tema de la puntuación semanal compuesta por un jurado heterogéneo. Sobre todo, comparto tu opinión de que todos los alumnos lleguen hasta el final.
ResponderEliminar¡Gracias por compartir!