miércoles, 25 de enero de 2012

RETHINK ARCHITECTURE: Las Arenas de Barcelona

Así de espectacular lucía Las Arenas el día de su presentación al mundo, marzo 2011, reconvertida en un centro que pretende integrar comercio, ocio y cultura.



Tras casi un lustro de obras, interrumpidas en varias ocasiones por falta de fondos, el estudio de arquitectura (RSH+P) de Richard Rogers en asociación con Alonso- Balaguer consiguió culminar uno de los proyectos, que a buen seguro, más quebraderos de cabeza les ha proporcionado.




El antiguo coso taurino (uno de los tres que llegó a tener la ciudad de Barcelona funcionando de manera simultánea), obra del arquitecto catalán Font i Carreras, edificado allá por el 1900, es un extraordinario exponente de arte neomudéjar. Un estilo muy empleado en aquella época para el diseño de estos edificios.



Fue el Ayuntamiento de Barcelona, apreciando la belleza del edifico, quién exigió al estudio de arquitectura el respeto por los valores histórico-artísticos del edificio. Premisa que aparentemente se  tradujo única y exclusivamente en la conservación de la fachada.


 Y aunque en un principio, se acarició la idea de hacer de él, una gran biblioteca pública (cosa que nos hubiera encantado!) finalmente se optó por convertir el edificio en un centro comercial. Seguramente el Ayuntamiento, con razón, pensó que bastante dinero había ya desperdiciado, haciendo de lo que otrora fuera el Matadero Público (una gran superficie contigua a la de la plaza), un espacio verde de cero rentabilidad.


 




Las obras que tuvieron un coste aprox.  de unos 80 millones de € , no estuvieron exentas de problemas. El vaciado integro del edificio y la elevación de la fachada en el intento de mantener los accesos al nivel de la calle (la antigua plaza tenía rampas y escaleras de acceso) supusieron un trabajo ingente y elevadamente costoso.




Adentrándonos en el interior del edificio, constatamos que las premisas dadas por el Ayuntamiento para la acometida de la reforma, tuvieron más calado en el estudio de arquitectura de lo que en un momento se pudiera pensar. El edificio enteramente circular, deja libre un espacio en el centro a modo de ruedo.



Merece especial mención el “plato” que corona el edificio. Lo que ha venido denominándose una “plaza en las alturas”. Con sus 100 metros de diámetro, proporciona espacios flexibles y diáfanos. La cúpula que corona el edificio, una obra completamente exenta que permite por un lado, la entrada de luz natural en el interior y por otro, el disfrute de unas extraordinarias vistas sobre la ciudad y particularmente, sobre la Plaza de España.





El coso alberga en su última planta, 15 salas de cine, propiedad de la familia Balañá (¿de qué nos suena este nombre?) en cuyas paredes, al lado de las puertas de acceso a las distintas salas, pudimos encontrar las siguientes fotografías;






¿Casualidad ó… un intento de conjugar pasado y presente?. También, el logo diseñado para el edificio y con gran notoriedad en el mismo, tiene claras reminiscencias taurinas.



Superado cualquier viso de nostalgia y aceptando como algo consustancial a la vida, el dotar de otra utilidad a edificios que han dejado de servir para el fin que fueron creados… aplaudimos el proyecto de remodelación de LAS ARENAS de Barcelona. Si bien personalmente  hubiéramos dotado el antiguo coso de otra utilidad, seguramente menos lucrativa pero sí, más edificante. Preferimos esto a que las plazas de toros caigan en abandono (hay muchos!) o sean demolidas.






1 comentario:

  1. Visita obligada si se está de paso por Barcelona. ¡Qué bonita plaza fue!

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